8/8/10

Casa de botellas en Tandil

Aunque en lo personal no me termina de convencer la idea de vivir en una casa hecha con desperdicios que más abajo describo, me llamó la atención el hecho de que se puedan construir casas a partir de botellas de plástico vacías. Lo más curioso es que en el mes de octubre se va a realizar una charla en nuestra ciudad, y se empezará la construcción de la primera casa hecha con botellas en Tandil. Al parecer todo el que quiera colaborar o aprender la técnica puede hacerlo. Para eso hay que ponerse en contacto por facebook en la siguiente dirección

Casas con botellas

Fue la señora Ingrid Vaca Diez, una abogada boliviana, quien empezó con el proyecto, primero en su país para luego extenderlo por latinoamerica

De plástico, de vidrio, de uno, de dos litros y hasta de 600 mililitros. Todas las botellas le sirven a la boliviana Ingrid Vaca Diez para llevar adelante un proyecto ecológico y social que empezó hace casi siete años y hoy, gracias a las redes sociales, se ha extendido a una serie de países del continente americano.

Con las botellas y otros materiales en desuso -que en muchos lugares terminan en la basura a falta de un sistema apropiado de reciclaje-, Ingrid construye viviendas ecológicas para familias de bajos recursos.

Ya son seis las casas que esta arquitecta autodidacta (su verdadera formación es como abogada) levantó en su país, en la localidad de Warnes, en Santa Cruz de la Sierra. Ahora -después de visitar Uruguay, donde ofreció una charla sobre su método de trabajo- se encuentra en Argentina levantando la primera casa de botellas en la ciudad de Roldán, en la provincia de Santa Fe.

El proyecto empezó casi por casualidad. Ingrid guardaba botellas en el patio de su casa para una señora muy humilde que pasaba todas las semanas a recogerlas. Un día, la señora se enfermó y las botellas, desperdigadas por todas partes, despertaron la ira de su marido.

"'Bota esas botellas', me dijo, 'tienes suficiente como para hacer una casa'. Y así fue como se me ocurrió cumplir el sueño de Claudia, una niña pequeña que poco antes me había pedido como deseo para Navidad un cuarto para ella, que vivía en una habitación de cuatro por cuatro con toda su familia", le dijo Ingrid a BBC Mundo. "Antes ya había hechos artesanías con botellas, sillas, sillones, pero nunca una casa".

Para hacer una vivienda de 170 metros cuadrados se necesitan alrededor de 36.000 envases. "De las botellas de dos litros, necesito 81 para hacer un metro cuadrado", explicó Ingrid.

Cada botella se rellena con material descartable: papel, bolsas plásticas, pilas, arena y tierra. Una vez rellenas (cada botella pesa 3,6 kilos), se las emplea para construir los muros. Se las une con cal, cemento y se las sujeta con una suerte de trenzado.

El revoque es otro ejemplo de reciclaje. "Yo uso una mezcla de leche en polvo vencida, heces de caballo, aceite de linaza, sangre de ganado, melaza de la caña... en fin, lo que haya", dice Ingrid. "Para hacer el piso", agrega, "utilizo llantas picadas".

Información

Con las botellas llenas, la casa se levanta en 15 días

Por cada metro cuadrado se necesitan 81 botellas de dos litros

Una persona puede rellenar 50 botellas por día

Con la ayuda de la comunidad, a la que Ingrid le enseña la técnica de construcción, una casa se levanta -cuando las botellas están llenas- en 15 días.

Y a pesar de que el trabajo es duro, el ambiente se parece más al de una fiesta: todos los vecinos, incluso los niños, participan en la obra. Los curiosos que se acercan a mirar, pueden comprar comida casera que preparan los lugareños para la ocasión y artesanías hechas con botellas plásticas y otros productos desechables que Ingrid les enseñó a hacer para que aquellos que carecen de recursos puedan ganar un poco de dinero.

Por eso Ingrid pone énfasis en los dos aspectos que caracterizan su trabajo: es un proyecto ecológico porque saca de circulación materiales que de otro modo contaminarían el planeta y enseña a cuidar el medio ambiente, pero es también un proyecto social porque ofrece una vivienda digna a los más pobres y fomenta la solidaridad y los lazos dentro de la comunidad”.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero... en Tandil, las botellas las vacías las donamos para la fundación del Hospital de Niños, y las tapitas para el Garrahan, yo no me podría hacer esa casa :(

Anónimo dijo...

Yo creo que la señora no debe recibir muchas visitas en su casa de botellas... con el revestimiento de heces de caballo (entre otras cosas) debe haber un perfume muy agradable!!!, jaja!!... esta idea no me convenció, tendría que conocerla personalmente. Me parecería mejor vender las botellas, ahorrar, y comprarme una casa normal. Lo de rellenar las botellas con pilas viejas, no es peligroso??

Anónimo dijo...

Muy buena idea!!, si recolectan suficientes botellas (un millón más o menos) podrán llegar a construir algo similar al Wat Kuan Lad, el Templo del millón de botellas.:)